La violencia intrafamiliar es una situación que se produce en mayor número de
ocasiones de lo que parece. De hecho es muy posible que en alguna ocasión hayas
sido testigo de un acto de este tipo y no le hayas dado más importancia.
Gritos, golpes, humillaciones… ¿no te son familiares?
Existen muchos casos que nunca llegan a
denunciarse por vergüenza, por miedo a las represalias del agresor o por no
poder hacerlo (en el caso de los niños y ancianos).
En este artículo desarrollaremos los tipos
de violencia intrafamiliar que existen, las causas y consecuencias de la misma
y finalmente maneras de como prevenir esta lacra tan presente hoy en día.
Tipos de violencia
intrafamiliar
En primer lugar es necesario definir los
diferentes tipos de violencia intrafamiliar que existen. Según la Organización
Mundial de la Salud:
Violencia familiar
Se define como los malos tratos o
agresiones físicas, psicológicas, sexuales o de otra índole, infligidas por
personas del medio familiar y dirigida generalmente a los miembros más
vulnerables de la misma: niños, mujeres, personas
discapacitadas y ancianos.
Dentro de la violencia dirigida a los
niños y ancianos se pueden diferenciar a su vez dos tipos de maltrato:
·
Activo: la persona sufre maltrato físico,
psicológico, sexual o económico.
·
Pasivo: se refiere al abandono de la
persona que no puede cuidarse por sí sola.
Violencia de género
Este término hace referencia a la violencia
específica contra las mujeres, utilizada como instrumento para mantener la
discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre
las mujeres.
Comprende la violencia física, sexual y psicológica incluida
las amenazas, la coacción, o la privación arbitraria de libertad, que ocurre en
la vida pública o privada y cuyo principal factor de riesgo lo constituye el
hecho de ser mujer.
Violencia de pareja
Se define como aquellas agresiones que se
producen en el ámbito privado en el que el agresor, generalmente varón, tiene
una relación de pareja con la víctima.
Dos elementos deben tenerse en cuenta en
la definición: la reiteración o habitualidad de los actos violentos y la
situación de dominio del agresor que utiliza la violencia para el sometimiento
y control de la víctima. También se denomina violencia doméstica.
Por otro lado, es necesario identificar
los diferentes tipos de violencia que se pueden ejercer en este contexto:
·
Violencia física: Lesiones corporales
infligidas de forma intencional: golpes, quemaduras, agresiones con armas, etc.
·
Violencia psicológica: Humillaciones,
desvalorizaciones, críticas exageradas y públicas, lenguaje soez y humillante, insultos,
amenazas, culpabilizaciones, aislamiento social, control del dinero, no
permitir tomar decisiones.
·
Violencia sexual: Actos que atentan contra
la libertad sexual de la persona y lesionan su
dignidad: relaciones sexuales forzadas, abuso, violación.
·
Violencia económica: se relaciona con el abuso del
dominio financiero en el hogar. El maltratador controla el dinero,
toma las decisiones sobre su uso e incluso llega a impedir que la otra persona trabaje.
Causas de la violencia
intrafamiliar
Los diferentes estudios que existen en
este campo coinciden en señalar que el origen de la violencia es de carácter
multifactorial, es decir, hay diferentes condiciones que contribuyen a que
aparezcan y no son siempre las mismas.
Algunas de las causas que se han señalado
como más frecuentes para la aparición de la violencia intrafamiliar son:
·
Características particulares del agresor.
La falta de control de impulsos, la baja autoestima, la carencia afectiva, las
experiencias que ha vivido en la infancia o determinados factores de
personalidad pueden influir de forma determinante para que abuse y maltrate a
las personas de su entorno.
·
Incapacidad para resolver los conflictos
de forma adecuada. Según señala Jewkes esta es una de las causas principales.
Indica que existe una “cultura de la violencia” que supone la aceptación de la
violencia como la única forma adecuada de resolver los conflictos.
·
En el caso específico de la violencia de
género las actitudes socioculturales de desigualdad entre hombres y mujeres.
Algunas situaciones que se viven como tradicionales y culturales en muchas
sociedades y que se han mantenido a lo largo de los siglos favorecen y
mantienen esa desigualdad. Por ejemplo, la relación de sumisión de la mujer con
respecto al hombre, la justificación y tolerancia de la violencia masculina por
la sociedad, los estereotipos y roles de sexo.
·
El uso de la violencia como un instrumento
de poder del fuerte frente al débil.
·
Relaciones conyugales disfuncionales y/o
historia de conflictos familiares.
Consecuencias de la
violencia intrafamiliar
Las consecuencias de la violencia
intrafamiliar son múltiples y variadas. Vamos a dividirlas en función de la
población que sufre el maltrato y del tipo de violencia que se ejerce.
Consecuencias de la
violencia en los menores
Los menores son un colectivo especialmente
vulnerable y en el que las consecuencias de la violencia son más
dramáticas, tanto si se ejerce sobre ellos como si
viven en un domicilio en el que se hace uso de la violencia entre los
familiares.
Por otro lado, los estudios indican que en
algunos casos, las secuelas emocionales pueden desembocar en la reproducción en
el futuro de esta forma de violencia. Si el niño crece en un ambiente en el que
el uso de la violencia es la manera de resolver los conflictos es posible que
aprenda esta misma pauta desarrollando un déficit en las habilidades para la
resolución de problemas.
Además en estos menores aparecen
alteraciones que afectan a diferentes áreas de su desarrollo:
· A nivel físico: aparecen retraso en el
crecimiento, problemas de sueño, trastornos de la conducta
alimentaria y síntomas psicosomáticos como alergias, problemas
gastrointestinales, dolores de cabeza, etc.
· A nivel emocional: aparecen problemas de ansiedad, depresión, baja
autoestima, déficit de habilidades sociales, estrés post-traumático y
aislamiento social.
· A nivel cognitivo: pueden aparecer retrasos en el
desarrollo verbal y del lenguaje y alteración del rendimiento escolar.
· A nivel de comportamiento: conductas violentas hacia los
demás, inmadurez, déficit de atención, retraimiento y conductas
autodestructivas.
Consecuencias de la
violencia en la pareja
Aunque la gran mayoría de los casos de
violencia son ejercidos del hombre hacia la mujer, también existen casos en los
que el maltrato lo sufren los hombres, especialmente del tipo psicológico. Las
consecuencias derivadas del maltrato las encontramos en tres niveles:
·
A nivel físico: lesiones (heridas,
golpes, quemaduras, etc.), mayor vulnerabilidad a padecer una enfermedad y
descuido personal. En el caso de las mujeres sufren riesgo de embarazos no
deseados si son forzadas a mantener relaciones sexuales.
·
A nivel psicológico: puede aparecer estrés
postraumático, depresión, ansiedad, baja autoestima, intentos de suicidio, abuso
de alcohol y otras sustancias, disfunciones sexuales, trastornos
somáticos (dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, malestar
generalizado e inespecífico, etc.), sentimiento de culpabilidad,
sentimiento de desesperanza y vacío.
·
A nivel social: actitud de desconfianza y
hostilidad hacia todo el mundo, aislamiento social, sentimiento de peligro y
amenaza constantes por parte de todo lo que les rodea.
Consecuencias de la
violencia en la tercera edad y personas discapacitadas
Estos colectivos, al igual que los
menores, son especialmente vulnerables. En estos casos, además de la violencia
que sufren, hay que sumarles la edad y en muchos casos la dependencia física y
/o económica del agresor.
Además, muchos de los casos de este tipo
de violencia nunca llegan a conocerse debido a que el anciano o la persona
discapacitada no se encuentran en condiciones de realizar una denuncia. De
nuevo podemos dividir las consecuencias en función del área afectada:
· A nivel físico: aparecen lesiones de
todo tipo que en algunos casos dejan graves secuelas e incluso la muerte,
desnutrición, deshidratación, fracturas debido a las caídas o los golpes,
abandono y falta de cuidados.
· A nivel psicológico: depresión, ansiedad,
sentimiento de soledad e incapacidad, sentimiento de
indefensión y desesperanza, ideación suicida y problemas somáticos.
· A nivel social: aislamiento del
entorno. En algunos casos la única persona con la que se pueden relacionar es
con el propio agresor.
Consecuencias para el
agresor
Numerosos estudios coinciden en señalar
una serie de consecuencias que aparecen en la persona que ejerce la violencia:
·
Incapacidad para disfrutar de una relación
de pareja o familiar satisfactoria y gratificante.
·
Riesgo de ruptura y pérdida de los
familiares. Rechazo por parte de la familia y el entorno social.
·
Riesgo de detección y condena por parte de
la justicia.
·
Aislamiento social.
·
Sentimiento de frustración, fracaso y
resentimiento.
·
Baja autoestima.
·
Dificultad para pedir ayuda psicológica.
·
Abuso del alcohol y otras sustancias.
Factores de riesgo y
vulnerabilidad
Aunque cualquier persona (con
independencia de su sexo, edad, raza, nivel sociocultural, etc.) puede ser
víctima de violencia intrafamiliar, determinados estudios coinciden en señalar
una serie de características que pueden influir a la hora de sufrir este tipo
de maltrato.
Factores de riesgo para los menores:
·
Ser menor de seis años.
·
Tener problemas de conducta y/o hiperactividad.
·
Padres jóvenes y/o con bajo nivel
educativo.
·
Padre/madre con problemas de alcohol u
otras sustancias.
·
Hogar monoparental.
·
Elevado número de hijos en la familia.
·
Violencia entre los padres.
·
Que los padres hayan sufrido maltrato en
su infancia.
·
Creencias sobre el derecho de los padres a
ejercer la violencia para educar a los hijos.
Factores de riesgo para la violencia de
pareja:
·
Sexo femenino y menor de 25 años.
·
Bajo nivel educativo y/o socioeconómico.
·
Experiencias de violencia y maltrato en la
infancia.
·
Residencia urbana.
·
Baja autonomía y baja autoestima de la
persona maltratada.
·
Creencias tradicionales y de roles de
género.
·
Bajo poder de decisión de la persona
maltratada.
·
Escasez de apoyo institucional ante la
violencia.
·
Justificación y tolerancia de la violencia
como forma de resolver los problemas o de someter a la pareja.
Factores de riesgo para la violencia en
personas mayores:
·
Pertenecer al sexo femenino.
· Edad avanzada.
· Vínculo conyugal con el cuidador.
· Problemas de movilidad.
· Dependencia económica.
· Dependencia para los cuidados básicos.
· Enfermedad y problemas de salud.
· Impedimentos psíquicos o cognitivos.
· Sobreexposición del cuidador, un único cuidador de la persona dependiente.
· Ausencia de recursos y programas sociales de apoyo a la dependencia y al cuidador.
· Aislamiento social.
Factores de riesgo en las personas
discapacitadas:
·
Pertenecer al sexo femenino.
·
Inmovilidad física o movilidad limitada.
·
Dependencia emocional del cuidador.
·
Incapacidad de comunicarse y/o de
reconocer el abuso.
·
Problemas de salud.
·
Bajo nivel educativo y socioeconómico.
·
Desempleo y/o imposibilidad de acceder a
un empleo.
·
Sobreexposición del cuidador.
·
Ausencia de recursos y programas sociales
de apoyo.
·
Aislamiento social.
Prevención de la
Violencia Intrafamiliar
Para llegar a erradicar este tipo de
violencia, una herramienta fundamental es la prevención. Con esta estrategia se
busca erradicar el problema desde su raíz y puede
realizarse a tres niveles diferentes:
A nivel primario
Mediante la modificación de las creencias
culturales que perpetúan la superioridad del hombre frente a la mujer o la
superioridad del fuerte contra el débil. Cuestionar la violencia como una vía
útil para resolver los conflictos.
Trabajar en reducir el nivel de tolerancia
de este tipo de comportamiento a todos los niveles y buscar el rechazo y la
condena de estas situaciones. Y por último, es de especial importancia realizar
campañas de sensibilización y difusión de información de las formas de
violencia, sus consecuencias y cómo actuar frente a ella.
La prevención a nivel primario es de
crucial importancia en el ámbito educativo.
A nivel secundario
En este tipo de prevención aparece la
necesidad de formación y reciclaje de todos los profesionales que puedan estar
en contacto con víctimas de violencia para que entiendan la situación en la que
se encuentran y poder ayudarles de la forma más adecuada.
En este contexto es especialmente
importante la formación al personal sanitario, a las fuerzas de seguridad,
servicios sociales, abogados y jueces.
En definitiva a todos los profesionales
que puedan estar implicados en la detección o intervención en situaciones de
violencia.
A nivel terciario
Por último es necesario disponer de una
serie de servicios y recursos de atención, asesoramiento, protección y
asistencia a los que puedan acudir las víctimas de violencia.
Uno de los objetivos principales de estos
recursos debe ser el restablecimiento de la vida de las víctimas, así como la
desaparición de las secuelas físicas y psicológicas que puedan derivar de la
violencia.
Referencias
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